Y es que es la época más brillante y colorida del año y eso se nota en la bisutería, que se ve más y se disfruta el doble. Los pendientes estarían en igual comparativa de ventas porque son el complemento perfecto de cualquier look de primavera Y se dejan ver mucho más. No digamos los collares y gargantillas, los mismos que lucen combinados entre sí o con colgantes, pero capaces de resaltar el vestuario más anodino.

 

Las pulseras aparecen como un accesorio que siempre triunfa. En los catálogos de bisuteria online se nota que la afición por acumular pulseras es ya algo extensible a toda la población femenina desde niñas. Son multicolores, confeccionadas con diferentes materiales, ofrecen la oportunidad de alegrar el día a quien las lleva y animan a que sea en grandes proporciones a ser posible. Las niñas, adolescentes y jóvenes no llevan una pulsera sino varias, algo que parece formar parte de un cierto fetichismo además de ser una moda.

 

Realmente nadie niega que esté destinada a las mujeres y que los hombres participan escasamente de esta relación si no es para regalar. Ellos compran pulseras de cordón, cuero y otros materiales, combinadas con plata y mezcla de materiales parecidos, siendo más relajados en la época estival durante las vacaciones. Pero saben que la bisuteria fina para regalo es una de sus bazas cuando se acerca un compromiso u fecha señalada.

 

Es un collar, un anillo y una pulsera en ocasiones, pero pueden ser unos pendientes y un broche en otras, las piezas estrella de un look formal (como las de Gilda’s Closet) y que lo conviertan en la clave del éxito de una imagen femenina.

 

Por eso es frecuente que haya bastantes piezas de bisutería de confianza en el joyero de una mujer a partir de los 30 años, edad en la que los estilos de vestuario se amplían a todos ellos. Y para combinar y realzar, es perfecta y necesaria, no digamos cuando se trata de un evento festivo donde se amplían las posibilidades y se recurre a piezas más grandes y llamativas.

 

Jugar con la máxima de “menos es más” es regulable y necesario en asuntos de la moda, de la que forma parte la bisuteria online y todos los años marca alguna tendencia a la que apuntarse cuando llega la primavera, fundamentalmente.